La Organización Mundial de la Salud califica el suicidio como un problema de salud pública importante a nivel mundial. Los datos revelan un incremento en su incidencia en los últimos años que está afectado a personas de todas las edades y estratos sociales, sin embargo se han identificado poblaciones de mayor riesgo.

Según datos del Ministerio de Salud, se estima que el año anterior, en Costa Rica se registraron 1903 intentos de suicidio en personas menores de 30 años; y en el año 2022 se contabilizaron 149 suicidios en este mismo grupo de edad, dentro del cual se encuentra la mayor parte de la población de estudiantes universitarios.

La Salud Mental de la población universitaria en un tema que debe ser tomado con mucha seriedad debido a todos los desafíos que experimenta esta población a nivel académicos, económico y social.

Quienes hemos elegido la carrera de psicología, no estamos exentos de enfrentar dificultades, especialmente dolor y sufrimiento. La salud mental implica ser capaces de responder a las vicisitudes de la vida en diversos ámbitos, como el comunitario, familiar, laboral y educativo, sin necesidad de tener control absoluto o predecir nuestro futuro. De ahí la importancia de trabajar diariamente en nuestra salud mental, dado que la vida está en constante movimiento y nos enfrenta a desafíos emocionales. Necesitamos cuidar nuestro bienestar para ser más eficientes en nuestro trabajo, mantener la integridad de nuestra práctica, pero sobre todo para experimentar una vida de calidad y satisfactoria de manera integral.

Reconocernos como personas que también podemos experimentar situaciones de riesgo, nos impulsa a crear, desarrollar y mantener acciones dirigidas tanto a nuestro autocuidado como al cuidado de la población a la que van dirigidos nuestros servicios. Nos enfrenta a la pregunta: ¿qué hemos hecho por nosotros mismos, nuestras familias y nuestras personas cercanas para prevenir el comportamiento suicida? Ya sea nada, poco o mucho, todos tenemos un papel en esta historia.

Por lo tanto, es necesario hablar del suicidio de manera responsable para poder prevenirlo. Buscar apoyo no es una señal de debilidad, sino de fortaleza y compromiso con nuestra profesión y bienestar personal.

Como gremio debemos aprender a reconocer la importancia de cuidar unos de otros de forma empática y compasiva para un integral desarrollo de nuestra profesión.