La inclusión y el respeto para todas las personas deben materializarse en acciones concretas

Fecha Publicación: 05/07/2022

Recientemente ha circulado la noticia de un acto de violencia protagonizado por una persona menor de edad en contra de otra persona menor de edad: un niño con autismo vecino de la provincia de Heredia.

Resuena en los medios la ausencia y compromiso de las autoridades tanto educativas como rectoras en materia de niñez y adolescencia, no obstante, más allá de esto la pregunta que nos hacemos desde la Comisión de Psicología y Discapacidad del CPPCR es la siguiente: ¿qué pasa con la educación y conciencia de la sociedad en general en torno a la condición de discapacidad de las personas que forman parte de la población costarricense?

Desde el pasado 2021 se promulgó la Ley n° 9940 que dicta el Cumplimiento de derechos y desarrollo de oportunidades de las personas con trastorno del espectro autista, asimismo, ha sido común escuchar comentarios, charlas o abordajes en distintos espacios en torno a esta condición, ¿siendo que el cuestionamiento que surge del colectivo en ocasiones es por qué se habla tanto de autismo? La respuesta es simple: nunca es demasiado cuando se trata de educar en torno a la discapacidad u otras condiciones que pueden conllevar a que la sociedad establezca barreras en la participación de las personas. Se requiere hablar de la condición de espectro del autismo porque se necesita educar, conocer, generar conciencia y compromiso por la obligación como sociedad de ofrecer espacios seguros y libres de violencia para todas las personas que ya por sí contamos con aspectos únicos que nos diferencian de cualquier otro ser humano.

Es necesario hablar más de esta condición precisamente para que no ocurran actos de violencia como el sucedido en contra de este niño y su familia en Heredia, es mandatorio educar a una sociedad que incluye y respete a las personas más cercanas de nuestros entornos inmediatos. Es oportuno reproducir patrones de crianza saludables, de respeto por la dignidad de las otras personas, ajenos al ejercicio de la violencia como modo de resolución de conflictos, asimismo, que contengan el respeto generalizado como un estandarte en el establecimiento de las interacciones interpersonales.

Es urgente la reflexión y la conciencia incluso en aquellas personas profesionales del sistema educativo nacional y de protección integral de la niñez y la adolescencia costarricense, que forman parte de nuestras entidades rectoras en la materia, urgiendo revisar y replantear su gestión a la luz del Modelo Social y Multidimensional de la Discapacidad, así como del Enfoque de Derechos Humanos para proteger los derechos de la niñez en situación de discapacidad.

Desde esta Comisión hacemos un llamado a las autoridades educativas, de niñez y adolescencia a dar cumplimiento a los protocolos de intervención atinentes a la población en situación de discapacidad u otras condiciones en los centros educativos (Decreto 37486-MEP revisado en el 2013), a promover la conciencia en el personal docente y administrativo del papel de abogacía por los derechos de las personas en condición de discapacidad que debemos conocer como personas adultas responsables, asimismo, hacemos un llamado a la participación de las familias de estudiantes con discapacidad para reclamar sus derechos y vigilar su cumplimiento. No es posible que ocurran hechos de violencia en un centro educativo sin el conocimiento, prevención y/o abordaje integral por parte de las autoridades competentes.

Si bien lo anterior, no basta solo el cumplimiento de los protocolos existentes, sino que se debe respetar el trabajo interdisciplinario con las familias, en este sentido, no incluir a las familias refiere a la existencia de protocolos redactados desde el paternalismo, lo cual es una práctica que debe erradicarse en materia de discapacidad en Costa Rica.

Es repudiable que a la luz de nuestros días se encontrara en un centro médico especializado una persona menor de edad atacada por parte de otra persona menor de edad de la misma comunidad educativa.

Hoy más que nunca estamos llamadas/os a ser personas profesionales en Psicología agentes de cambio, a participar activamente en la generación de espacios seguros para las personas en condición de discapacidad, a velar por el cumplimiento y mejora de la normativa vigente, a no quitar la mirada y cumplir una labor de fiscalización oportuna y pertinente.

Comisión de Psicología y Discapacidad, CPPCR, 30 de junio de 2022.