Pronunciamiento: La salud mental de la persona trabajadora se enriquece con factores de protección – Colegio de Profesionales en Psicología de Costa Rica
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COLEGIO DE PROFESIONALES EN PSICOLOGÍA DE COSTA RICA

Pronunciamiento: La salud mental de la persona trabajadora se enriquece con factores de protección

Fecha Publicación: 16/08/2022

En atención a la solicitud de criterio requerido por la señora Diputada de la República, Montserrat Ruiz Guevara, con el objetivo de analizar la actualización de las jornadas de trabajo excepcionales y resguardar los derechos de las personas trabajadoras integradas en el proyecto de ley: Reforma de los artículos Nº136, Nº142, Nº144 y Nº145 del Código de Trabajo, para actualizar las jornadas de trabajo excepcionales y resguardar los derechos de las personas trabajadoras, tramitado bajo el expediente Nº21.182, este cuerpo directivo habiendo consultado con la Comisión de Psicología Organizacional del CPPCR, en seguimiento del acuerdo JD.CPPCR-406-2022; han analizado el proyecto y se considera que el contenido de este muestra algunos elementos que merecen nuestro aporte y reflexión.

A continuación, señalamos lo más importante:

Las jornadas de trabajo extendidas, tales como las propuestas recientemente en la Comisión de Asuntos Ordinarios por varios(as) diputados(as), representan en distintos formatos, como el denominado cuatro por tres y otros, modelos de trabajo que deben ser excepcionales y no la regla.

El Colegio de Profesionales en Psicología comprende que la situación del país requiere de medidas para reducir el desempleo y a la vez reactivar la economía, pero considera que tales medidas deben darse respetando y protegiendo la salud integral de la persona trabajadora, así como el resguardo de las garantías sociales las cuales son consagradas constitucionalmente y producto de importantes luchas sociales-históricas.

La salud mental es una compleja condición donde intervienen aspectos relativos al entorno de trabajo, así como factores de equilibrio entre vida laboral, familiar y comunal. La salud mental de la persona se enriquece con factores de protección por parte del Estado, los empleadores, organizaciones sociales y otros actores claves.

La práctica de nuevas modalidades de trabajo que tiendan a jornadas extendidas, podría representar un riesgo de ruptura de ese equilibrio mencionado o bien generar situaciones de vulnerabilidad en cuanto al estado de la salud mental para ciertas personas o grupos.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) en un estudio del año 2019, denominado: “Guía para establecer una ordenación del tiempo de trabajo equilibrada”, señala los distintos modelos de horarios, los cuales además de beneficiar la productividad y sostenibilidad de las empresas, deben también incluir estas otras dimensiones:

  • Promover la salud y la seguridad.
  • Ser conveniente para la familia para mejorar el equilibrio entre el trabajo y su vida privada.
  • Promover la igualdad de género.
  • Facilitar la elección y la influencia del trabajador en sus horarios de trabajo.

En este mismo estudio de la OIT señala que: “los efectos de las jornadas laborales largas o atípicas no se limitan a los trabajadores(as) individuales, sino que también afectan a sus familias y a la sociedad en general”.

En cuanto a estudios científicos que abordan la relación entre largas horas de trabajo y el estado de salud, varios de ellos han logrado encontrar hallazgos en el sentido de riesgos de afectaciones en aspectos como calidad de sueño, aumento de síntomas depresivos, síntomas de ansiedad, disminución la percepción de estado de bienestar, entre otros. Para citar algunos ejemplos, puede referirse al reciente estudio del investigador Limin Chu, (2021) sobre el impacto de las largas jornadas de trabajo en la salud, estudio realizado a casi siete mil trabajadores en China. Dicho estudio observó una asociación negativa entre las largas horas de trabajo y la salud autoevaluada, indicador usado ampliamente y conocido en inglés por sus siglas como SRH (Self-rated health).

En un estudio mediante meta-análisis los investigadores Wong, Chang y Ngan, (2019) analizaron un total de 243 investigaciones científicas sobre la relación entre largas jornadas de trabajo y la salud ocupacional, comprendidas en el periodo entre 1998 y 2018. Algunos de los resultados del meta-análisis incluyeron hallazgos como:

  • Aumento de riesgo de enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares en al menos nueve estudios.
  • Mayor riesgo de sufrir depresión y ansiedad en al menos seis estudios.
  • Mayor riesgo de sufrir estrés psicológico en cuatro de los estudios.
  • Mayor riesgo de conductas como tabaquismo, consumo de alcohol, e inactividad física según cinco de los estudios.
  • Mayor riesgo de disminución de las horas y calidad del sueño en al menos cinco estudios.
  • Aumento del riesgo de accidentes y lesiones laborales en cuatro estudios.

El diseño del trabajo (que implica elementos como tipo de tareas, roles, distribución y cargas horarias, competencias técnicas, sistemas de capacitación, entre otros), que ha sido de forma clásica asociado a factores como productividad, absentismo, satisfacción laboral y otras, hoy en día se considera que abarca otros aspectos incluyendo la salud mental. Lo anterior fue documentando recientemente por investigadores como Said Ali-Martínez, María Turbay y otros (2021). En su investigación titulada “Diseño del trabajo, bienestar y salud mental” revisaron más de cuatro mil artículos, donde se destacan algunas de los siguientes temas:

  • Un mal diseño del trabajo puede traer consecuencias sobre la salud mental y física.
  • La satisfacción con la vida y con la salud mental tiene una relación positiva con el rendimiento y la productividad.
  • Altas cargas laborales pueden traer como consecuencia estrés y baja satisfacción con el trabajo.
  • El apoyo social es un elemento que permite prevenir y reducir los efectos del estrés laboral.
  • Un buen diseño del trabajo produce satisfacción y motivación y reduce los riesgos situaciones como burn-out y otras asociadas al alto estrés en contextos laborales.
  • Ante las demandas de trabajo debe compensarse con adecuados recursos para las personas trabajadoras, así como el adecuado apoyo social.
  • Factores como la cultura organizacional, clima laboral, políticas y normativas forman parte también del diseño del trabajo y están relacionadas con la salud mental de la persona trabajadora tanto de forma individual como grupal.

Otros factores psicosociales a mencionar en cuanto a las jornadas extendidas, además de los señalados anteriormente son:

  • Posible dificultad para algunas personas para acceder a horarios de estudios a niveles técnicos, universitarios, parauniversitarios y similares.
  • Posibles cambios para las personas trabajadoras en el acceso a redes de apoyo para el cuido de niños, niñas, personas adultas menores de edad, adultos (as) mayores y familiares con enfermedades o con situaciones de salud que requieran atención.
  • Algunas personas podrían disminuir sus actividades o rutinas físicas que acostumbraban realizar en su tiempo libre.
  • Algunas personas podrían alterar sus hábitos alimenticios, seguimiento de dietas u otras relacionadas.
  • Otros riesgos psicosociales que requieren mayor investigación y datos para una mejor comprensión.

Los estudios realizados sobre temas de salud mental y horas trabajadas pueden diferir en cuanto al diseño o modalidad analizada, siendo que en algunos se analiza los efectos de la jornada extendida por día (por ejemplo, trabajar más de 10 horas diarias), mientras en otros, se estudia el efecto de las largas horas de trabajo semanales (por ejemplo trabajar más de 40, 50 o 60 horas semanales).

Es entendible que en el proyecto de ley se propone en el caso de las jornadas denominadas cuatro por tres (que son una de varias posibles jornadas extendidas), un espacio de tres días de descanso semanal, lo cual puede resultar una mediada paliativa y una oportunidad de descanso extendido para la recuperación de la persona trabajadora, sin embargo como se ha mencionado en los estudios sobre estos temas, debe analizarse no solamente la cantidad de horas acumuladas semanalmente sino también la extensión diaria de la jornada, pues los roles y perfiles ocupacionales pueden diferir en cuanto a la carga física y mental a la que se ve expuesto el o la colaborador (a).

Otro factor a considerar es que, mayor cantidad de horas trabajadas no está relacionado directamente con mayor productividad, por ejemplo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) posee un indicador para medir el Producto Interno Bruto (PIB) por hora de trabajo. En dicho indicador, para el año 2019, según se muestra en un artículo para el sitio Statista de la periodista Mónica Mena Roa (2021), la hora productiva en Irlanda es casi cinco veces mayor en relación con el mismo indicador en México, esto a pesar de que en los mismos reportes de la OCDE los mexicanos trabajan en promedio más horas que los irlandeses. El aumento de la capacidad productiva de un país pasa más por factores como acceso a recursos de parte de los trabajadores, mayor capacitación, mayores avances técnicos y tecnológicos.

En el reporte del 2020 denominado Balance Vida Trabajo (Better Life Index) de la OCDE, Costa Rica se encontró en el tercer lugar de los países miembros de esta organización con peor equilibrio vida-trabajo, solo por detrás de México y Colombia. Situación que llama la atención pues las propuestas de nuevos modelos de jornadas deberían ir en la dirección de mejora de este indicador, siendo factores claves temas como el tiempo dedicado al ocio y cuidado personal, así como el equilibrio entre vida familiar y trabajo. Se debe recalcar, que en los países más avanzados en cuanto a condiciones laborales de sus personas trabajadoras, se realizan esfuerzos en reproducir en sus sociedades y entornos laborales, modelos de bienestar y de salud integral para la persona trabajadora.

En los últimos años la Organización Mundial de la Salud a través del modelo de Entornos Laborales Saludables, (2010), busca el desarrollo de prácticas socialmente responsables que se implementen a nivel de organizaciones, países y culturas. Costa Rica, como país líder en prácticas laborales, debe seguir un camino de responsabilidad, sensibilidad y protección de la población trabajadora.

Como ha vuelto a enfatizar recientemente la Organización Mundial de la Salud (2021), “La salud mental es un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente y contribuir a la mejora de su comunidad”. Es indiscutible que los entornos laborales y socioeconómicos equilibrados, sanos y respetuosos de los derechos humanos, son elementos esenciales para la salud mental de las personas trabajadoras y de la sociedad.

A manera de conclusión se entiende desde el punto de vista de la salud mental que las jornadas extendidas deben darse solo en casos excepcionales cuando definitivamente no es posible implementar otra opción y además debe tomarse en cuenta la opinión y las condiciones de las personas trabajadoras; en estos casos las organizaciones deben dar el adecuado soporte para garantizar la salud integral de las personas que se desarrollen en estos modelos.

Siendo nuestro principal objetivo el velar por la salud mental de la población costarricense, desde el Colegio de Profesionales de Psicología de Costa Rica instamos a las organizaciones públicas y privadas a desarrollar y poner a disposición de sus colaboradores (as) recursos y planes de apoyo para la salud física y mental, propiciando espacios para el desarrollo integral de las mismas.

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